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La Luna

El cuerpo celeste más cercano a nosotros ha sido siempre familiar y misterioso. Aunque continuamente nos muestra la misma cara, su apariencia cambia con frecuencia de acuerdo a las sombras que proyecta la luz del Sol sobre ella.

Pero la característica más conocida de la Luna es la regularidad con que cambia de Luna nueva a Luna llena y repite su ciclo con constancia. Los antiguos la utilizaban para medir el tiempo. Para los babilonios, la Luna era Sin, dios del calendario y la sabiduría. Los griegos temían la oscuridad de la Luna nueva cuando Selene, una de las diosas identificadas con la Luna, era arrastrada al centro de la tierra durante tres días. Desde tiempos remotos, se le han atribuido a la Luna el dominio de los procesos naturales. Como dirige las mareas, por extensión, se dice que afecta los líquidos del organismo. También ha sido asociada con la menstruación, pues la duración la duración promedio del ciclo menstrual es similar al ciclo lunar, y ésa puede ser una de las razones por las casi todas las culturas la consideraban como mujer.

La diosa más importante de la Luna era la hermana gemela de Apolo, la cazadora griega Artemisa, conocida por los Romanos como Diana. Cuando su padre, Zeus, rey de los dioses, le ofreció sus dádivas, ella escogió la virginidad y, con su limitada libertad y su falda corta, se le hacía fácil perseguir animales salvajes. Armada con un arco de plata, recorría las montanas descalza, tolerando muy pocas interrupciones de las mujeres que le pedían su ayuda para el parto. Ella era la esencia de la mujer como persona, no la mujer como compañera del hombre.

Otra diosa griega, Hécate, estaba asociada con el lado oscuro de la Luna. Era la reina de los fantasmas, la rectora de la magia y la visión profunda. Los antiguos astrólogos no tenían forma de conocer el tamaño de la Luna y su poca importancia en el esquema cósmico; ellos veían sólo que era una de las dos entidades dominante en el cielo. Por eso emparejaban la Luna con el Sol en una dualidad masculina-femenina.

Astrológicamente, la Luna representa el alma y el ser inconsciente. Femenina y muy emocional se opone a la seca masculinidad del Sol. La Luna se relaciona con la fertilidad, la maternidad, la familia, el crecimiento, la muerte y la decadencia. La Luna rige a Cáncer, pero como se mueve rápidamente a través de todo el Zodiaco en el transcurso del mes, se dice que le da una tonalidad a todos los signos. Físicamente, se relaciona con el estómago, los senos, los ovarios, la linfa y el cerebelo.

El plano orbital de la Luna está ligeramente inclinado con relación al plano de la órbita de la Tierra, llamado la eclíptica. Este plano orbital de la Luna cruza la eclíptica cada trece días y medio. Los puntos donde se intersectan se llaman nodos Norte y Sur, y ejercen una influencia similar a la de los planetas. La posición de la Luna en el momento del nacimiento revela mucho acerca de las relaciones entre madre e hijo. Y una persona nacida bajo la Luna creciente se considera que será "joven", más activa y excitante, mientras que los nacidos bajo la Luna menguante, tienden a ser "ancianos", más reflexivos. La Luna tiene varios glifos, pero el más usado es el de la medialuna.

Fuente: Revista Conozca su Horóscopo 1995

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